miércoles, 18 de noviembre de 2015

Día 7: inventa un super Heroe. LogicMan

Sobreviví a la primer semana (¡hurra por mi!) y hoy toca un tema que desde niño he querido abordar porque ñoño. Ojalá alguien pueda comentar cuál es la palabra que decidí omitir en el texto. Equisdee.

Logicman


El encabezado del periódico El Metropolitano decía “Los ataques en Medio Oriente han matado ya 300 mil civiles”. Pero eso no era en absoluto lo importante y Juan Ramírez no sólo lo sabía, lo veía como lo que era: una campaña mediática para de nuevo tragarnos que Estados Unidos y todos esos perros salvajes de Occidente eran los buenos, cuando su única finalidad era ser más y más ricos y que los demás fueran más y más pobres y más y más muertos (sic).

— Jefe, me he resfriado y debo ir con mi curandero a tratarme —Juan corría por la acera, quitándose la ropa y mostrando un cuerpo lleno de tatuajes llenos de leyendas sobre la pachamama escritas en árabe y tailandés.

— Muy bien Ramírez, acaba con esos corruptos —el jefe Gonzalez era de los pocos seres en el mundo que conocían la verdadera identidad de Juan, pero debía aparentar.

Al momento que lee usted estas palabras, Juan, héroe anónimo bien informado y tan común, no, no tan común, incluso más común que usted y yo, se convierte en Logicman, el héroe que se merece, cuya única vestimenta es una banda de metal bien apretada a la frente y los tatuajes que la pachamama le ha enviado en sueños alucinógenos para darle el poder de la omniconciencia.

— Logicman ¿ya has escuchado las nuevas? —Era la pachamama comunicándose por medio de un pajarito amarillo.

— Pacha, sí, lo he oído.

— ¡Oh! Logicman ¡lamento tanto que debas usar de nuevo ese aparato de perdición capitalista!

Logicman saca una laptop, forjada en las milenarias tierras taiwanesas con el alma de mil quinientos niños esclavos desnutridos y bendecida en las aguas ancestrales del océano pacífico durante las sagradas semanas del equinoccio de verano, para compensar.

Rápidamente se conecta al oscuro submundo demoníaco llamado Internet.

— ¡Mama! es peor de lo que pensé. Casi todo el mundo se muestra indignado por la muerte y la destrucción, pero mis poderes me dicen que no se dan cuenta de que el verdadero problema es el …

Por motivos de espacio, decencia y buenas costumbres orgánicas amigables con el ambiente, el editor de esta revista se ve en la necesidad de omitir la siguiente palabra. Aunque, a modo de guía, daremos una pista sobre esta: Carlos Marx.

— Es terrible. Si tan sólo el mundo tuviera la elevada consciencia de la esencia del ambiente y supieran que todo se resuelve amándose y practicando tantra y meditación, este tipo de problemas no sucedería.

— Así es pacha, la culpa la tienen los materialistas históricos y los posmodernos. Pero, gracias a los poderes que me has concedido puedo invocar a los lacayos de la armonia.

Locigman le lleva los dedos indice y medio a la cabeza mientras el resto del cuerpo emprende la posición del cuervo para amplificar sus ondas cerebrales.

— ¡Amigos conscientes y eruditos! es momento de unirse ante esta desgracia: debemos explicar al mundo lo que en verdad sucede.

A Logicman le basta un comentario en <inserte su red social favorita, aunque twitter funciona> para que las redes de la oscuridad se iluminen. Sus compañeros espirituales salén de sus cúbiles, antros, cuevas, paran el transporte público que conducen para hacerle eco y aplaudir en este mismo submundo.

«Les voy a hablar sobre lo ocurrido en Medio Oriente pero no desde la información que les ha dado los medios de comunicación que todo lo disfrazan. Como siempre, tengo la costumbre de investigar a fondo lo que se me presenta como la verdad de los hechos y esta vez, lamentablemente, no es la diferencia. Nos ocultan muchas cosas. Está bien. Agárrense. Pónganse el cinturón. Puede ser que lo que están por leer les parezca familiar o al contrario, no sepan nada al respecto».

Sólo dos horas después, su teléfono (de ruedita, porque la obsolescencia tecnológica es un peligro) suena al ritmo de tambores africanos liberados en trance.

— ¡Juan! soy Gonzales. Felicidades. Llevábamos todo el día preocupados por lo que sucede al otro lado del mundo, pero gracias a ti ahora sabemos que debemos odiar a Occidente. Ven rápido para celebrar, que tenemos reunión con los clientes gringos, esto se va a poner sabroso.

Y una vez más, Logicman salva al mundo de sentirse culpables.

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