sábado, 28 de noviembre de 2015

Día 17: Usa el viaje en el tiempo en una historia

Instantes

10 segundos es poco tiempo, pero a Hernán le bastaban:

10 segundos al pasado era el tiempo suficiente para seleccionar y ganar el lugar adecuado en el vagón del metro por las mañanas.

10 segundos al futuro era más que suficiente para no tener que oler ciertas calles de la ciudad.

10 segundos al pasado bastaban para saber si esa chica le correspondía un beso robado.

10 segundos al futuro bastaban para pasar por valiente en las cintas de terror.

10 segundos al pasado le bastaron para correr antes de entrar al cuarto de su madre
moribunda y 10 segundos al pasado lo hicieron recapacitar.

10 segundos al futuro lo salvaron de morir en el incendio que la dejó en la sala de urgencias.

10 segundos al pasado lo ayudaban a copiar en los exámenes sin ser sorprendido.

10 segundos al futuro le ayudaban a esperar la comida sin tener que pelear con su hermana.

10 segundos al pasado le obligaron a ver  brevemente a su padre golpear a su madre.

10 segundos al futuro le obligaron a escuchar a su padre hablar con su otra familia.

10 segundos al pasado le permitían pensar más a fondo en las reuniones de la oficina.

10 segundos al futuro le permitían no recibir los escupitajos de su jefe al hablar.

10 segundos es poco tiempo.

10 segundos es el tiempo que tardó su madre en pedirle que buscara a sus medios hermanos y otros 10 segundos el tiempo que le bastó a su padre para romperlo todo y marcharse.

10 segundos es el tiempo que permaneció inmóvil sin saber qué hacer con su hermana llorando y 10 segundos lo que duró el abrazo que se dieron. Ya no eran niños, pero como si lo fueran, esos 10 segundos fueron una eternidad.

Hernán meditaba mucho más de 10 segundos sobre qué era un instante. 10 segundos le habían bastado para repetir algún instante cientos de veces: algún beso prófugo, algún cielo en guerra, amaneceres a la orilla de un río. También, 10 segundos al pasado, tantas y tantas veces le habían permitido memorizar rostros y bromas.

Un día intentó ir de 10 segundos en 10 segundos hasta volver a ver su madre: no pudo ir más allá de un año y prefirió volver a su presente. Era un año triste, sin su hermana que había casado. Sin alguien a quién querer, aunque fuera por una noche. Y ese año había viajado más que ningún otro hacia el presente, hacia el futuro, y todo daba igual: era un año terrible.

Entonces sintió la enorme necesidad de decir "Te amo". ¿a quién? a todos. 10 segundos al pasado cada vez, incluso, a veces, 10 segundos al futuro para poder alcanzar a quien fuera su objetivo. Te amo, te amo, te amo.

Un día, Hernán está casado. Vuelve a casa de su madre. Ahí vive, pero es de ella, nunca de él. Vive sólo desde que su hermana se marchará. Hace 4 años de eso. Hernán de 10 en 10 segundos viaja hasta llegar al cuarto de su madre.

Su madre aparece como la recordaba siempre, enferma, quemada. Le sonríe y le dice su nombre. Hernán va 10 segundos al pasado para volverla a ver y ahí la encuentra. Detente, dice ella, sólo quería verte, llama a tu hermana. Su madre desaparece mientras le grita, 10 segundos al pasado y no está. 10 al futuro: sólo haya soledad.

Hernán habla a su hermana. Lo encuentra en mal estado. Se preocupa y se queda un tiempo más. 10 segundos le bastan para entender que 10 nunca han sido mucho tiempo para su hermano.

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