jueves, 21 de febrero de 2013

Fears and Haters


Cuando un ser humano se encapricha con una idea, es bastante más que difícil hacer que la deje, aunque esta idea sea dañina o mortal para esa persona.

A veces estas ideas destructivas provienen de acciones que pueden parecer demasiado lógicas, racionales o incluso naturales.

Un buen y bastante triste ejemplo son los elefantes de circo. La mayoría de los elefantes de los circos nacen en cautiverio (ya saben, es muy caro importar elefantes salvajes, por no decir ilegal), cuando son pequeños amarran una cuerda a una de sus patas. A veces de soga y otras veces de acero, la este amarre los lástima cada que su instinto natural les pide escapar del circo. Cuando son mayores y tienen la fuerza necesaria para romper cualquiera de las ataduras que un circo convencional pueda darles, siguen creyendo que ese amarre los lastimará y nunca vuelven a intentar huir.

¿Es qué los elefantes son tontos? ¿Cómo alguien de su tamaño puede creer que un patético lazo los puede detener? Déjenlos por favor, no insulten a los pobres animales (qué por cierto, son mi animal favorito y me ha costado un par de lágrimas de cocodrilo escribir el párrafo anterior) es solo qué tienen miedo, a todos nos pasa.

Pero, y esta es la cuestión de este post ¿vivir con miedo es bueno? En lo personal estoy harto de que la gente (note querido lector que uso la palabra gente y no personas) crea que qué si lo es.

En México tenemos bastante arraigada la cultura del miedo y como vamos creciendo vamos buscando pretextos que justifiquen nuestros miedos. La materialización que más me molesta de estos miedos, es cuando nos inclinan a contestar de manera poco sincera una simple pregunta ¿qué quiero hacer mañana?


“quiero comprar una Tablet” “bueno, pero déjala en tu casa porque afuera te la van a robar”
“quiero salir a hacer ejercicio” “¿dónde?  ¿En la ciudad? Te van a atropellar”
“quiero entrar en un concurso internacional” “¿para qué pierdes el tiempo? No vas a ganar, estamos de la verga, aquí no hay nivel”
“quiero poner un restaurante” “no, van a venir sicarios a extorsionarte”
“quiero escribir lo que pienso y opino” “no wey, nada más te vas a hacer de enemigos y todo mundo te va a dejar de hablar”
“quiero hablarle a la chava de allá” “no lo hagas, va a pensar que eres un degenerado sexual y qué quieres su riñón, además se ve que es bien mamona”

No, no carajo no.

Si me asaltan, pues ni pedo, ni que fuera más importante el aparatito que el tiempo que lo disfrute.

Bueno, la verdad si vas corriendo a media calle o en una avenida y no tienes cuidado, mereces que te atropellen. Tampoco hay que ser tonto.

Si, parece que estamos bien jodidos en comparación del resto del mundo y qué no hay calidad de nada por aquí, se debe más a que creemos que competir es ir a hacer el ridículo y más bien prefieren ahorrárselo.

Y así, por los siglos de los siglos.

Si me matan ¿cúal es la bronca? Me voy con una sonrisa en la boca y sabiendo que hice las cosas que me gustaban hacer y qué, al menos, no me detuve por mi miedo y paranoia.

jueves, 14 de febrero de 2013

Stupid disgusting freethinker pig


El año pasado durante las elecciones se hizo evidente el clasismo de muchos méxicanos en comentarios del tipo “ese wey qué, su papá es X”, “tú qué vas a saber si estudiaste en Y” o el matador “cómo vas a saber más que yo que conocí a Z”. Palabras más, palabras menos, pero esas eran las ideas en general.

Por ejemplo, durante las marchas era evidente donde terminaban las escuelas públicas para empezar las privadas o donde estaban los de tal o cual carrera. Íbamos juntos pero no revueltos.

Estéticamente eso se veía bien, era como un mural de Diego Rivera con los labradores de un lado, los artesanos de otro, políticos al centro, etc. También para fines de seguridad es bueno (en México, las matanzas del 68, 72 y la guerra sucia son recuerdos que aún duelen y que no tienen fecha de quedarse en el pasado).

Pero para fines prácticos, de génesis de propuestas y corrección o renovación de ideas, eso fue un desastre. Qué si no votar es malo y me valen pito tus ideas. Qué eres un terco niño pequeño burgués y tus ideas son simplemente estúpidas y poco dignas de ser escuchas por mí. Qué oye mi reina te ves super bien déjame tomarte una fotito pero te juro que en cuanto me digas algo de política me pinto de cuadritos.

Mi hipótesis es que socialmente nos estamos estancando en nuestra vecindad de amistades. Resulta irónico porque uno de los ejes de estas manifestaciones era la gran envergadura entre unas clases sociales y otras.

Desde el principio quise observar la evolución de estos movimientos. Tenía curiosidad por ver qué pasaba y con quien terminaría peleado. Y paso:

Descubrí que perezco (pertenecí y siempre debo pertenecer) a la clase trabajadora de México y que de ahí no puedo moverme o pertenecer a otra clase sin convertirme en el peor de los traidores y por si fuera poco, debo seguir el comportamiento que mi arquetipo posee (bendito paradigma orientado a objetos): odiar mi trabajo o sufrir porque no tengo trabajo, vivir frustrado y con deudas, reprimido por la policía (aunque eso nunca ha pasado) y sufriendo los embates macroeconómicos, disfrutar solo ciertos tipos de manifestaciones artísticas, escuchar solo la música del pueblo, etc.

Me recuerda a Un Mundo Feliz de Huxley (libro más bien esnob para mi clase, yo debería adorar 1984 por ser más representativo de mi sentir… y de hecho sí me gusta más pero por otras razones) donde a los humanos de clase A les enseñan que viven mejor que los de clase C y a los de clase C los convencen de no desear ser como los de clase A porque los A viven estresados y llenos de trabajo (“¡qué bueno es ser C!”). Qué un A intentará hacer el trabajo o adquirir alguna costumbre de un C no solo era impensable, sino obsceno y digno de castigo.

¡Y ahora eso sucede en este multidiverso país! Los unos no toleramos las ideas de los otros porque estamos convencidos de que son ideas completamente erróneas y que los porta voces de estas ideas deberían cerrar la boca y admitir que les venceremos de cualquier manera en cualquier conversación. Cuando podemos ser el Jerusalén iluminado del siglo VIII, con árabes, cristianos, judíos y demás culturas compartiendo e intercambiando sus conocimientos para enriquecer su propia cultura, preferimos ser los puritanos ingleses que llegan al nuevo mundo en el siglo XVII que asesinan a todo lo que consideremos del diablo (en el sentido antagónico de lo que creemos correcto).

miércoles, 13 de febrero de 2013

En contra de los apologistas del día de san valentin


El día de san valentin es una mierda que al menos en los países hispano hablantes es ocasionada por nuestro idioma.

Es bien fácil: san valetin es el día del amor Y la amistad. “Y”… ¿Y? ¡Y!

¿Es decir que la amistad siempre debe estar condicionada por el amor o las dos? ¿Será que si solo hay amistad en mí vida no puedo festejar o qué dos personas que se aman pero no se soportan no pueden celebrarlo?

Mi teoría conspiranoíca es que los reptilianos (qué todo mundo sabe tienen alianzas con las más altas esferas del poder de las drogas socialmente aceptadas y son por tanto enemigos de la industria de las tarjetas de regalo) nos han convencido de que el día es del amor Y la amistad en lugar del amor O la amistad.

Claramente, vender un día de amor Y amistad hace que las personas que carecen de alguna de las dos características (o ambas, según el caso) sufran y terminen ingiriendo bebidas alcohólicas. Estudios bastante serios demuestran que grupos mayores a 2 personas ingieren cantidades mayores de alcohol por persona mientras que las simples parejas solo ingieren media botella de la bebida de su preferencia antes de convertirse en consumidores de la industria anticonceptiva. Todo es claro ¿no?

Bueno, siendo un poco más serios al respecto, esta fecha me parece bastante discriminatoria por la misma razón.

Sin embargo, ahora que tengo 10 minutos para revisar un poco de información, descubro que San Valentín era un médico que se volvió sacerdote y comenzó a casar a los soldados del emperador Claudio “El Gótico”, quien les prohibió el matrimonio a los soldados por considerarlo impropio de la vida castrense.

Todo eso me lleva a pensar que el día de San Valentín debería ser el día mundial “contra las decisiones estúpidas y autoritarias que toma gente por otra gente que no conoce”. Ejemplos de estas decisiones hay muchas: la iglesia romana que un milenio después que el Gótico Claudio, prohibió el matrimonio para los sacerdotes por considerarlo impropio de la vida eclesiástica (aunque el pretexto fue que el mundo ya estaba demasiado poblado), o a la comunidad estadounidense de principios del siglo pasado que condenaba a muerte a los negros que se atrevían a pisar la sombra de un blanco (¡esos malnacidos!).

Otro ejemplo, uno que considero muy personal, es cuando uno o varios hombres santos se alzan de entre las masas en nombre del pueblo para defender sus derechos en contra de los decadentes dueños del poder que tiene sometida a su respectivo pueblo. Y entonces, estas personas te dicen (me parece que de la misma forma que los medios de comunicación y propaganda) cuáles deben ser tus expectativas (que sí tener un carro, que si no tener expectativas), que te debe hacer sentir mal (el trabajo, tales o cuales productos, tales o cuales formas de vestir), que debe ser bueno (que si compartir, que si producir, que si el perdón, que sí el ojo por ojo).

Pero francamente todas esas personas se me figuran  iguales: tanto los gallardos libertadores de pueblos como los gloriosos constructores de imperios.

Bonus note

¿Se han dado cuenta que, cuando usamos la ‘O’ , la usamos en su forma inclusiva y que es complicado usarla en su forma exclusiva? Eso significa que cuando digo El día del amor O la amistad, me refiero a que puedes festejar la amistad, el amor o ambos en lugar de decir que puedes celebrar solo una de las opciones: amor o amistad.

lunes, 11 de febrero de 2013

Oh men, Get Back Later!

En el trabajo, he estado testeando algunas aplicaciones. Como son bastante pequeñas me dedico más que nada, a pensar cómo hacerlas fallar.

Cuando iba en la vocacional, mi maestro de programación (A.K.A bebesote) nos decía que para testear nuestros programas bastaba con dárselos a nuestros papás o hermanos pequeños. Quizá tenía razón, lo único mejor que un tester es un usuario inepto. Bueno, tal vez no.

El contra argumento me lo dio mi buen amigo @celr cuando íbamos en primero de la carrera. No sé si lo hacía por gusto o solo porque le nacía hacerlo, siempre que mostrábamos algún programa, lo primero que hacía era hacerlo fallar. Y así con casi todo. Lo admiro porque, entre otras cosas, siempre encuentra algún error poco obvio en las cosas (de los errores obvios  mejor no hablo).

Ahora, para saber cómo tratar a usuarios ineptos, los expertos son los chicos Apple. Son tan buenos que le hacen creer a los usuarios ineptos que no son usuarios ineptos. Todo a un precio: libertad en el uso de sus terminales y servicios. Y bueno, aunque en lo personal no estoy de acuerdo con una política tan cerrada que abstrae tanto a un usuario de “lo que en realidad sucede”, a muchas personas eso les sirve y les basta. Después de todo a muchas personas no les interesa saber cuál es la diferencia entre memoria swap y memoria cache, o peor aún, la diferencia entre Firefox, IE y Chrome más allá de lo estético, claro.

A muchos informáticos este nivel abstracción les parece ofensivo, sin embargo esta abstracción “profesional” es bastante común. Nunca he conocido a alguna persona que se interese por saber cómo es el flujo de información en las oficinas de gobierno. Aunque en este caso me fío más de lo que dice Douglas Adams al respecto “los trámites burocráticos son la más clara evidencia de que hemos fracasado como civilización”.

Imagínense que en México (mi país), el gobierno tan arto de hacer tantas colas, de tantas idas y venidas por oficinas agobiadas de gente y polución, comenzó a hacer un trabajo formidable (si, aunque no lo crean el gobierno ha trabajado en algo) para reducir al máximo estas filas. Aunque como todo esfuerzo del gobierno, se ha invertido el doble de tiempo con menos de la mitad de los resultados, al menos ahora solo pierdes un día en hacer un trámite, y algunos de ellos (los más importantes) los puedes hacer en solo un par de horas.

Vale, yo veo esto como un avance pues aún de niño me toco acompañar a mi madre a hacer trámites de varios días, ver señoras  y señores gordos que decían: “este documento es solo valido en la ventanilla tal porque esta ventanilla es para los caso tal o cual” o su favorita “ya no le puedo dar servicio porque salimos a las 2pm y aún no voy a comer”, era medio día.

Según mis compañeros de oficina, hace un par de años surgió un nuevo trabajo para eso: los testers burocráticos. No es broma. Son personas que se encargan de revisar el formato de documentos y la estandarización de estos, hacer diagramas de flujo de los procesos de gestión interna. Algo así como Ingenieros de Software.

A veces reducen tramites a un mero “recibo tus documentos, me los firma mi jefe y ya está” pero otras veces crean nuevas sub direcciones con gerencias y sub gerentes especializados en ciertos rubros y tareas.

Me los imagino, haciendo uso de una licencia bastante gratuita y tal vez incorrecta, que estos ingenieros de burocracia hacen lo mismo que hace un arquitecto de software psicópata que odia a los programadores y que los obliga a pasar de un lenguaje sin tipado a uno fuertemente tipado,  innovando en recetas que evitan el polimorfismo haciendo uso de la herencia, todo con el fin de preservar y garantizar la estética de los diagramas de paquetes.

Ejemplo de diagrama de flujo usado por las oficinas
No sé porque a algunas personas esto se les hace bonito


domingo, 10 de febrero de 2013

Hoy a muerto un hombre

Este post fue escrito el sábado 10 de Febrero de 2013

Hoy me enteré del asesinato de un amigo mío.

Él tenía unos 60 años. No éramos muy frecuentes, pero me caía bien. Fue ayer viernes 8 de febrero a eso de las 16hrs, cuando un hombre que se encontraba en su taxi le pidió que bajará ¿se trataría de un secuestro? ¿un ajuste de cuentas?

Fue raro, el taxista (mi amigo) bajo y recibió varios disparos a quema ropa. Dio un par de pasos y cayó muerto.

Su taxi, con algunos vidrios rotos, y todo el dinero de una jornada de trabajo que empieza a las 6 de la mañana, se quedaron en su lugar, a mita de la calle. Será que el asesino tuvo miedo y salió corriendo.

Los periódicos de hoy dicen otra cosa. No era un asesino sino dos. Tampoco se trataba de su pasajero, sino de un intento de abordaje en qué mi amigo, como un acto de valentía intento arrollarlos sin conseguirlo. Le dispararon, salió del vehículo y murió veinte metros más adelante.

En otras noticias parecidas, esta semana ocurrió otro asesinato en condiciones bien diferentes: un médico mato a dos jóvenes (de mi edad) para impedir que lo extorsionaran. El doctor fue encarcelado y varias decenas de personas protestaron cerrando una avenida muy principal. El pensamiento entre la gente es contundente: quieren su liberación, hizo lo correcto.

En este momento me pregunto si la defensa propia es un buen argumento para justificar el asesinato. No lo creo, pero intento justificar la decisión del doctor en su deseo de querer tener una vida tranquila, de protegerse a él, a compañeros y pacientes. Sin embargo, aún no logro concebir la muerte como algo valido.

Concebirlo sería el equivalente a justificar el exterminio Kurdo o Kosovar, la guerra en Irak, las desapariciones de periodistas, el asesinato de la familia Romanov en la revolución Rusa. Creer en el asesinato como una forma de justicia, como un recurso válido, como algo aceptable, me haría perderme en una contradicción.

Y término preguntándome qué habría hecho yo en caso de ser el doctor o en el remoto caso de tener a mí merced al hombre que mató a mi amigo taxista ¿Qué haría si tuviera un arma cargada en mis manos? ¿Dispararía para convertirme en el George W. Bush del pueblo, en un Felipe Calderon con iniciativa propia? ¿O solo dispararía a sus rodillas para que no volvieran a correr como cobardes, disparar a sus manos para que no volvieran a empuñar un arma y cortarles la lengua para que no volvieran a amenazar a nadie nunca más?

martes, 5 de febrero de 2013

Songs of February



Dice la leyenda que después de morir el padre de Astor Piazzolla, su hijo entro a la cocina guiado por las notas más tristes que había escuchado en su vida. Era su padre triste con un bandoneón tocando lo que más tarde sería Adiós Nonino. Los tangos de Astor Piazzolla siempre me parecieron tristes. Quizá por eso me gusta bastante más que Don Carlos Gardel.

La música triste me gusta, me trae nostalgias, no sé si nuevas o viejas, pero definitivamente bellas. Algunas me causan cierto dolor pero la mayoría son la brújula que me guía en mi mar de recuerdos.

Cuando niño, mientras mi madre ponía casetes de Cri-Cri, La Patita o El Caminito a La Escuela me traían las imágenes de los sábados de compras y las mañanas tibias de camino a mi kínder. Ahora incluso me viene una lágrimita de cocodrilo al recordarlo.

La Merienda y Juan Pestañas me evocan el retrato siempre infantil de mi hermano. Cuando me enfado mucho con él (pasa muy seguido) me doy un trago de esas canciones y termino perdonándolo de la misma forma en que todos los hermanos mayores perdonamos a nuestros hermanos menores… aunque, y este es uno de los más grandes errores que he cometido en mi vida, no se lo digo.

El Último Beso (la versión de Polo y no la de Pearl Jam) trae un recuerdo bastante triste.

Tenía 6 años en casa de mi abuela en la ciudad de México. Mi madre, hermano y yo, por varios meses dormimos en los sillones de mi abuela pues el cuartito donde debíamos alojarnos aún estaba en construcción. Un día y creo recordar que fue por mi culpa, mi mamá se enfadó con mi abuela cuando esta me defendió de su hija, quien me regañaba por no hacer una tarea.

Nos fuimos a nuestro futuro cuarto. Mi madre subió por la escalera de los albañiles, puso un par de periódicos, nuestra ropa, a mi hermano, algunas cobijas y dormimos.

A la mañana siguiente y muy a regañadientes, desayunamos en la sala de mi abuela mientras el estéreo cantaba El Último Beso. Al final de la anécdota todos terminamos regañados y pidiendo disculpas a nuestras mamás.

Metallica y Nirvana le pertenecen al 100% a mí secundaría. Estas bandas fueron el caparazón que me logro salvar de tener rencores contra un mundo en el que yo era el chico nuevo y raro de la ciudad que sacaba dieces sin casi esfuerzo alguno. Bueno, si les tengo algún rencor.

Fue en mi segunda navidad de secundaria cuando me regalaron un Discman que reproducía mp3 que con solo una pila AA funcionaba por 12 horas. Amo ese aparato y lo conservo con todo el cariño materialista que un ser humano puede tener.

Sin embargo, Adiós Nonino me trae el recuerdo tuerto de un padre al que veo más muerto que el resto de mis nostalgias, por la única razón de saberlo tan vivo pero infinitamente lejos y ajeno a mis nostalgias.

Canciones que suenan en este post por orden de aparición:











lunes, 4 de febrero de 2013

En Contra de los Diatribistas de San Valentin

Ya es 3 de febrero y eso significa una sola cosa: el mundo se teñirá de rojo. No, no es la revolución proletaria es el día de San Valentín, para el que oficialmente faltan 11 días.

Como buen mexicano (creo) tengo la firme convicción de que las fechas festivas son en general buenas y aún más esta, porque contrario a casi todas las demás, el día del amor y la amistad es una fecha cargada de sinceridad:

Las personas que viven de las fantasías fantasean.

A los solitarios no les importa.

A los festivos, por lo regular hacen noche de juerga y la única diferencia entre si tienen o no tienen pareja, es la cantidad de personas invitadas a la fiesta.

Los amargados dicen que es estúpido festejar o decirles a esas personas especiales que las quieres solo una vez al año… y pasan el resto del año sin hacerlo tampoco.

Pero, a mí me agrada la fecha. Hay globos por todas partes (aunque todos rojos y ninguno para mí) y me encantan los globos. Chocolates de diferentes tipos y a precios accesibles para todo público. Los Cd’s con mezclas de música se producen a millares para todos gustos, tanto los hechos por y para los amargados como para los que hasta se compran alas de ángel y andan por ahí en calzoncillos y arco con flechas de corazoncito.

Y es por estos últimos que realmente me gusta San Valentín: son  super creativos vara sus declaraciones de amor. Justo ayer, mientras iba caminando a casa de mi abuela a comer tamales vi en la calle a un chico graffiteando el asfalto con un mensaje de “Jenni te amo y (…)”.

Otro ejemplo que me gusta mucho es el del buen Apu de los Simpson, en el capítulo “I'm With Cupid" y los 7 regalos que le da a Manjula y hacen que las esposas se pongan celosas de él.

Por eso ahora les comparto dos de estas muestras de amor que me han gustado mucho:

Primero el "como se hizo" de una fotografía de luz.

Light Writing Proposal from Derick Childress on Vimeo.



Y para finalizar: un chico disfrazado de Bender que recita en binario (creo que uso ASCII como codificación) para pedirle a su novia que se casará con él: