lunes, 29 de abril de 2013

Sobre la Entropía

Estos son los últimos momentos que tengo para disfrutar el ojo del huracán en qué me encuentro. A dos semanas del hacer mi presentación de Trabajo Terminal, mejor conocido por la industria de la educación como examen profesional, he tenido apenas tiempo para escribir cosas que no sean parte de la documentación ha entregar.

Una de esas cosas es el siguiente poema. Me gustaría decir que es el primero que escribo en meses y que si sumará todos los que he escritos en los últimos dos años, me sobrarían dedos en una mano. Así pues, les dejo a su consideración leerlo. Es "Sobre la Entropía":

¿Es mas profunda la noche?
Mas honda que tus ojos
mas fría que tu corazón
mas humanizada que el sol.

Porque en la noche te veo
me distraigo y dejo de divagar
me concentro en un recuerdo
y lamento no saber:

si en la noche lloverá,
si algún día renaceré,
¿cuando la noche gana a la luz?
¿cuando la pesadilla se vuelve real?

Y te quiero ver
para no verte más.
Y quiero predecirlo
para no vivirlo.

Pero ¡Noche tan depravada!
No me digas más.


lunes, 8 de abril de 2013

La Ciencia y yo





Luego de tres semanas de vacaciones, decidí reiniciar esto de escribir.

No fueron exactamente vacaciones pues estuve trabajando todos los días, con excepción de dos que use para ir a acampar y distraer mi mente un rato.

Pero no quiero hablar de eso. Hoy quisiera hablar de algo más serio e importante en mí vida: la ciencia.

Mi historia con la ciencia comenzó el día que vi Volver Al Futuro. Desde ese día, fui fan e idolatre al doctor Emmett Brown. Debajo de mi cama tengo un dibujo muy fiel del condensador de flujo que elabore a los 5 años.

Emmett Brown fue el primero de una larga lista de científicos de fantasía a los que admiro: Beakman, Dexter, Spock, Dr. Manhattan, Dr. Henry Pym, el Profesor Hubert Farnsworth, Q y un largo etcétera. El último científico de ficción que me atrapo fue el oscuro Walter Bishop.

Y por supuesto no puedo dejar a los científicos que realmente existieron: Leonardo Da Vinci (si, lo considero científico), Nicola Tesla, Alan Turing, Geor Cantor, Charles Darwin Darwin, Karl Gauss, Erwin Schrodinger, James Maxwell, Vonn Newman, Dmitri Mendeléiev,  Ferrán Adriá (¡porque la cocina es la más deliciosa de las ciencias!), Noam Chomsky, David Hilbert y Henri Poincaré (y los pongo juntos solo para molestar), Kurt Gödel, Richard Dawkins, Daniel Dennet, Richard Feyman, Enrico Fermi, Roger Penrose, Stephen Wolfram (que su apellido merece una seña distintiva), y me faltarían muchos otros para dar la lista completa.

La ciencia me ha guardado muchas sorpresas, buenas y malas, pero casi siempre son golpes de humildad.

Solo un breve paseo por el mundo de “lo científico” puede hacerte cambiar tu concepción del mundo (por ejemplo el Monty Hall Problem) y darte cuenta de qué la concepción que tienes del mundo puede no ser la más acertada.

Es esta nueva visión lo que me atrae tanto de la ciencia: te pide para después obligarte a ver las cosas de manera distinta, a juzgar tu lenguaje (nótese que en mi anterior lista puse a varios actores principales de la crisis de los fundamentos matemáticos) y a buscar cierta obsesiva fundamentación para actuar.

Pero bueno, soy estudiante de ingeniería y programador: y quiero dedicarme a aprender modelos científicos y hallarles alguna clase de aplicación en el mundo real. De hecho, esa fue una de las principales razones por las que elegí esta carrera. En cierto modo me permite estar en el centro del mundo, aprendiendo pequeñas lecciones de la vida que quizá algún día pueda convertir en cosas útiles.