lunes, 11 de febrero de 2013

Oh men, Get Back Later!

En el trabajo, he estado testeando algunas aplicaciones. Como son bastante pequeñas me dedico más que nada, a pensar cómo hacerlas fallar.

Cuando iba en la vocacional, mi maestro de programación (A.K.A bebesote) nos decía que para testear nuestros programas bastaba con dárselos a nuestros papás o hermanos pequeños. Quizá tenía razón, lo único mejor que un tester es un usuario inepto. Bueno, tal vez no.

El contra argumento me lo dio mi buen amigo @celr cuando íbamos en primero de la carrera. No sé si lo hacía por gusto o solo porque le nacía hacerlo, siempre que mostrábamos algún programa, lo primero que hacía era hacerlo fallar. Y así con casi todo. Lo admiro porque, entre otras cosas, siempre encuentra algún error poco obvio en las cosas (de los errores obvios  mejor no hablo).

Ahora, para saber cómo tratar a usuarios ineptos, los expertos son los chicos Apple. Son tan buenos que le hacen creer a los usuarios ineptos que no son usuarios ineptos. Todo a un precio: libertad en el uso de sus terminales y servicios. Y bueno, aunque en lo personal no estoy de acuerdo con una política tan cerrada que abstrae tanto a un usuario de “lo que en realidad sucede”, a muchas personas eso les sirve y les basta. Después de todo a muchas personas no les interesa saber cuál es la diferencia entre memoria swap y memoria cache, o peor aún, la diferencia entre Firefox, IE y Chrome más allá de lo estético, claro.

A muchos informáticos este nivel abstracción les parece ofensivo, sin embargo esta abstracción “profesional” es bastante común. Nunca he conocido a alguna persona que se interese por saber cómo es el flujo de información en las oficinas de gobierno. Aunque en este caso me fío más de lo que dice Douglas Adams al respecto “los trámites burocráticos son la más clara evidencia de que hemos fracasado como civilización”.

Imagínense que en México (mi país), el gobierno tan arto de hacer tantas colas, de tantas idas y venidas por oficinas agobiadas de gente y polución, comenzó a hacer un trabajo formidable (si, aunque no lo crean el gobierno ha trabajado en algo) para reducir al máximo estas filas. Aunque como todo esfuerzo del gobierno, se ha invertido el doble de tiempo con menos de la mitad de los resultados, al menos ahora solo pierdes un día en hacer un trámite, y algunos de ellos (los más importantes) los puedes hacer en solo un par de horas.

Vale, yo veo esto como un avance pues aún de niño me toco acompañar a mi madre a hacer trámites de varios días, ver señoras  y señores gordos que decían: “este documento es solo valido en la ventanilla tal porque esta ventanilla es para los caso tal o cual” o su favorita “ya no le puedo dar servicio porque salimos a las 2pm y aún no voy a comer”, era medio día.

Según mis compañeros de oficina, hace un par de años surgió un nuevo trabajo para eso: los testers burocráticos. No es broma. Son personas que se encargan de revisar el formato de documentos y la estandarización de estos, hacer diagramas de flujo de los procesos de gestión interna. Algo así como Ingenieros de Software.

A veces reducen tramites a un mero “recibo tus documentos, me los firma mi jefe y ya está” pero otras veces crean nuevas sub direcciones con gerencias y sub gerentes especializados en ciertos rubros y tareas.

Me los imagino, haciendo uso de una licencia bastante gratuita y tal vez incorrecta, que estos ingenieros de burocracia hacen lo mismo que hace un arquitecto de software psicópata que odia a los programadores y que los obliga a pasar de un lenguaje sin tipado a uno fuertemente tipado,  innovando en recetas que evitan el polimorfismo haciendo uso de la herencia, todo con el fin de preservar y garantizar la estética de los diagramas de paquetes.

Ejemplo de diagrama de flujo usado por las oficinas
No sé porque a algunas personas esto se les hace bonito


No hay comentarios.:

Publicar un comentario