lunes, 14 de enero de 2013

I, Your Future

Hace unos meses asistí a la conferencia Core 2012 en el Centro de Investigación en Computación (CIC). Me remito a la charla plenaria del Dr. Adolfo Guzman Arenas sobre fue la proyección laboral que tiene la computación en nuestros días.

Hubo una frase que tardo varios días en desaparecer por completo de mí cabeza, transcribo de memoria: “Las computadoras, nos guste o no, han cambiado de manera radical a muchas otras carreras, les guste o no. En menos de 50 años cambiaron por completo el concepto que existía del dibujo y las telecomunicaciones. Y ahora vamos por otras carreras (…)”. Eso me puso a pensar en los documentales de animación y muchos “behind scenes” y es abrumador: las tablas de dibujo digital nunca faltan desde Pixar hasta South Park.

Y no habría vuelto a recordar esa frase si no fuera por una plática que tuve con @DianaDuende sobre cámaras fotográficas.

Como buena Friki-Bohemia, ella tomo un curso de fotografía con una vieja cámara réflex en que experimento el viejo arte del revelado fotográfico en laboratorio.

Yo sabía que era un proceso complicado y un poco especializado, pero ella me revelo (¿entienden el juego de palabras? Guiño, guiño ¿“revelar”? ) que era un proceso más artesanal, muy elaborado y bastante caro en materiales. Y entre una y otra anécdota, fui pensando en mi poca experiencia en edición digital, pensando en que como se cambiaron los ampliadores por transformadas gaussianas y la exposición por filtros de Instagram y me dije a mis adentros: “Han destruido un arte”.

Ok, lo acepto, soy un dramático, pero pienso en la película de Yo Robot, cuando Will Smith irónico platica el comercial que tenía pensado para vender más Robots: “Aparece un humano construyendo una silla de madera, tarda dos horas. Luego aparece un robot construyendo 10 sillas de madera en 5 minutos. Es una buena idea ¿no?”.

Carecer de la satisfacción que nos puede traer un ejercicio tan… satisfactorio (no sé de qué otra manera llamarlo) como el revelado fotográfico o el dibujo con lápices y pinceles, no lo sé, es un límite que muchas veces, pese a considerarme un entusiasta de la tecnología, me tiene bastante consternado.

Yo por ejemplo me considero una persona bastante kinestésica, tanto que, por ejemplo, ya van 2 libros y varios artículos o columnas que imprimo solo por la sensación de las hojas en las yemas de los dedos.

Y las cosas que siguen: los escultores o artesanos comenzarán a aprender modelado en 3D y a sacarle provecho a las impresoras 3D. Los músicos prescindirán de muchos instrumentos y el tiempo de los MIDI’s volverá. Las revistas y publicaciones prácticamente ya comenzaron su migración de editorial a formatos web.

Y lo mismo sucedió con el cine o al menos las películas de Hugo Cabret y El Artista me lo hacen tener muy presente. Esa transición en la forma en que se hacen las cosas.

¿Es buena o es mala? ¿Es perjudicial para la creatividad? Solo el tiempo y quienes la usan lo dirán.
El Monumento a la Revolución, uno de mis lugares favoritos de México

P.D: la foto es mía y sí, la tome con una cámara digital y la edite en la computadora. Me siento basura por hacerlo así.

1 comentario:

  1. Cuando la fotografía apareció muchos artistas plásticos cayeron en crisis. Creyeron que la pintura y el dibujo desaparecerían. Y así fue. Al menos como la humanidad los había conocido hasta entonces. Pero sin la necesidad de renovarse ante lo que estaba surgiendo jamás habríamos visto el impresionismo. O quizá el surrealismo. Y si eso es así, en efecto dominó, nos hubiéramos privado hasta del psicoanálisis.
    Yo también me siento asustada por las nuevas tecnologías y ya empiezo añorar esa experiencia que ni siquiera viví de lleno. Pero al artista real no le importa el material, y con las nuevas tecnologías siempre surgen nuevas formas de hacer arte. Sólo hay que descubrirlas.

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