domingo, 16 de junio de 2013

This isn't one of these specials days

La última vez que publique en este blog fue hace un mes con diez y seis días. No lo he olvidado, lo juro por lo poco que me puedo tener de sincero en internet, pero mi trabajo terminal me tuvo saturado.

Bueno, en un mes y medio pasan muchas cosas, cosas importantes y cosas tan irrelevantes que vale plasmarlas en la eterna combinación de papel y estados magnéticos.

Hoy es uno de esos domingos tan comunes en México o al menos en mi vida. Domingo de ir a correr con mamá, desayunar jugo de naranja y yogurth. Llegar a casa para ver perder en futbol al equipo en turno, que esta vez para mayor desgracia fue la misma selección nacional. Salir con mi hermano a dar un paseo, aunque esto no sea lo más común del mundo. Beber un par de tazas de café mientras alguien cuenta varios chistes. Felicitar a mi abuelo por seguir tan feliz.

Lo único que no hace a este domingo tan común, es la fecha que celebramos: el día del padre. Google lo festejo poniendo a Mr. T en su doodle. Yo lo festejo como cualquier otro domingo del año. Me gusta imaginar que algún día lo festejare o mejor aún: me festejaran en este día.

Hace rato, justo mientras dormitaba después del desayuno y masajeaba mis piernas (disculpen ustedes, pero hoy logre correr 10km por vez primera en dos años, un gran logro personal), pensaba en cómo reaccionaría ante mi padre, en como reaccionaria.

¿Acaso le gritaría? ¿Lloraría? ¿Esperaría petrificado a que me dirigiera la palabra? ¿Correría a abrazarlo como el chiquillo temeroso que temo ser? Pero, ¿él como reaccionaría? Ciertamente no lo sé, me da miedo imaginarlo, me da un poco de miedo imaginar su rechazo aunque probablemente sería lo más natural teniendo en cuenta el tiempo que ha pasado y las múltiples oportunidades que decidió no darnos a mi hermano y a mí… pero ¿debo estar tan enojado como lo estoy ahora? ¿Es justo juzgar a alguien que no conozco y cuyos motivos solo alcanzo a comprender por las anécdotas llenas de recelo de las personas que dejo tras de sí?

Bajo la cabeza y dejo escapar un desaliento cobijado de la humedad de mis ojos. Ese tic tan mío y tan personal me obliga a humedecer mi labio superior con la lengua, luego el inferior y posteriormente a morder mis labios y me quedo callado, viendo como el párrafo dejo de avanzar.

Pero, cómo nos dijo Hamlet una vez:

Ser o no ser: todo el problema es ése.
¿Qué es más noble al espíritu: sufrir
golpes y dardos de la airada suerte,
o tomar armas contra un mar de angustias
y darles fin a todas combatiéndolas?
Morir..., dormir; no más y con un sueño
saber que dimos fin a las congojas,
y a los mil sobresaltos naturales
que componen la herencia de la carne,
consumación es ésta que con ruegos
se puede desear. Morir, dormir,
¡Dormir! ¡Tal vez soñar! ¡He ahí el obstáculo!
Porque el pensar en qué sueños podrían
llegar en ese sueño de la muerte,
cuando ya nos hayamos desprendido
de este estorbo mortal de nuestro cuerpo,
nos ha de contener. Ese respeto
larga existencia presta al infortunio.
pero ¿quién soportará los azotes,
los escarnios del mundo, la injusticia
del opresor, la afrenta del soberbio,
del amor desairado las angustias,
las duras dilaciones de las leyes,
la insolencia del cargo y los desprecios
que el pacienzudo mérito recibe
del hombre indigno, cuando por sí solo
podría procurarse su descanso
con un simple estilete? ¿Quién querría,
llevar cargas, gemir y trasudar
bajo una vida por demás tediosa,
sin el temor de algo tras la muerte
(esa ignota región cuyos confines
no vuelve a traspasar viajero alguno)
que nuestra voluntad deja perpleja
y antes nos hace soportar los males
que ya tenemos, que volar a otros
que nos son, en verdad, desconocidos?
Así, de todos hace la conciencia
unos cobardes, y el matiz primero
de la resolución, así desmaya
bajo el pálido tinte de la idea;
y las empresas de vigor y empeño,
por esta sola consideración
tuercen el curso inopinadamente
y dejan de tener nombre de acción.

Monólogo de Hamlet, Acto 3 Escena 4. William Shakespeare (Tomado de Aqui)


Mi respuesta es la de siempre y ahora continuó escribiendo.

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