miércoles, 10 de julio de 2013

New times! Romans!

Termine relaciones con mi antiguo empleo. No me satisfacía, no me ofrecía retos, ni crecimiento, ni flexibilidad con la escuela y lo digo en serio, cualquiera de estas cosas me hubiera bastado de pretexto para quedarme a trabajar ahí.

Por suerte y pese a "la situación" (forma en que todo mundo le llama a nuestras a simple vista permanentes condiciones de estar jodidos) encontré un nuevo trabajo que me ofrece retos, crecimiento y flexibilidad.

En realidad, ya me había hecho a la idea de estar todo un semestre sin trabajo. Sonaba bien, pero como dicen, si la vida te da limones...

Hace muchos años, en el viejo blog confesé tener el síndrome del mecánico: me cuesta mucho desprenderme de las cosas. Demasiado. Sin embargo, sé que hice lo correcto porqué en está ocasión no me costo trabajo decir adiós.

Pero ¿saben una cosa? aún tengo miedo porque, por primera vez desde hace mucho, tengo bien claro lo que quiero hacer con mi vida y hasta tengo un plan, pero temo al fracaso o mejor dicho, me tengo miedo a mi mismo, a lo a veces horrible persona que soy.

Solo queda seguir adelante, con la cabeza viendo hacia el piso y el horizonte. recordando las cosas solo por detrás de la cabeza y caminando lento, paso a paso.

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